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Sinopse

  “El amor… no se irrita, no se queja ni se resiente; no toma en cuenta el mal recibido [no le presta atención a los malos tratos]” (1 Corintios 13:5 AMP) ¿Alguna vez has tratado de perdonar a alguien… y te has dado cuenta de que no puedes hacerlo? Has clamado y orado por eso, y le has pedido a Dios que te ayude, pero esas experiencias pasadas, cargadas de rencor, se rehúsan a irse. Para acabar con ese tipo de situaciones por completo, es necesario que tu perdón se base en la fe, y no en los sentimientos. El verdadero perdón no tiene ninguna relación con la manera en que te sientes. Es un acto de la voluntad que está basado en la obediencia a Dios y en la fe en Él. Eso significa que una vez que hayas perdonado a alguien, deberás considerar a esa persona perdonada para siempre. Cuando los sentimientos del pasado regresen y Satanás trate de convencerte de que realmente no has perdonado, resístelo, y dile: “No, ya he perdonado a esa persona por fe. Me niego a vivir basado en esos sentimientos del pasado”.